Los vinos de Jerez, es una bebida original de la región de Andalucía, que se ha convertido en todo un símbolo y tradición española.

En términos generales, los vinos de Jerez se dividen en tres categorías: Generosos, Generosos de Licor y Dulces Naturales, dependiendo de las características de los mostos, del proceso de elaboración, de la crianza, o de la práctica de cabeceos o combinaciones.

Los vinos Generosos son los más ligeros y secos, y también existe una gran variedad.

Diversidad del vino de Jerez

Los vinos de Jerez se elaboran con tres tipos de uva blanca que, dependiendo del proceso de elaboración llevado a cabo, dará lugar a distintos tipos e intensidades.

Varían en color, desde el más pálido, el más claro, de color amarillo verdoso propio de los vinos biológicamente envejecidos, hasta el más oscuro, la caoba más opacos de los vinos dulces naturales, con varios tonos de oro, ámbar y marrón castaño. Algunos de los colores de los vinos de Jerez son:

Fino: uno de los colores más emblemáticos en el mundo del vino de Jerez es el amarillo pálido, que se asocia comúnmente con el estilo Fino. Este vino, criado bajo velo de flor, presenta un tono dorado claro que evoca la luz del sol de Andalucía. Su claridad y luminosidad son reflejo de su sabor fresco y seco, con notas de almendras y aceitunas verdes. El Fino es un vino perfecto para el aperitivo y marida maravillosamente con tapas españolas.

 Amontillado: en un vino de una refinada tonalidad que va desde el topacio hasta el ámbar. Su bouquet es tenue y exquisito, con una base etérea que se combina con notas de frutos secos de cáscara, como las avellanas, y matices vegetales que evocan hierbas aromáticas y tabaco negro.

El Amontillado es un vino sumamente singular, dado que amalgama la crianza bajo el velo de flor, característica del Fino y la Manzanilla, con un periodo subsiguiente en el que el velo de flor se disipa y el vino se expone a la oxidación. Elaborado a partir de la uva Palomino, esta fusión de crianzas confiere a los Amontillados una complejidad y un atractivo excepcionales.

Oloroso: en el otro extremo del espectro cromático, encontramos el Oloroso, que exhibe un profundo color ámbar a caoba, más oscuro. Este vino ha envejecido sin el velo de flor, lo que le permite desarrollar un carácter robusto y complejo. Su tono oscuro refleja sus ricos sabores de nueces, toffee y pasas. El Oloroso es un vino que se presta a maridajes con carnes rojas y platos con sabores intensos.

Palo Cortado: el Palo Cortado es una rareza en el mundo del vino de Jerez, y su color topacio brillante es tan singular como su proceso de elaboración. Este vino comienza su vida como un Fino o un Amontillado, pero luego se enriquece y oscurece de forma natural. Su tono dorado con destellos ámbar y cobre es un espectáculo para la vista y su sabor ofrece una mezcla única de elegancia y complejidad. Se puede disfrutar solo o con platos de caza y quesos curados.

Los amantes del vino tienen la oportunidad de explorar este maravilloso mundo de colores en cada copa de vino de Jerez que disfrutan, y estamos seguros de que cada experiencia será un viaje cromático a la excelencia vinícola.