La Manzanilla, un vino seco y generoso, una verdadera joya de Sanlúcar de Barrameda. Su riqueza histórica y su carácter distintivo lo han convertido en una excelencia entre los vinos.

La Manzanilla se elabora a partir de uvas de la variedad Palomino, que prosperan en el fértil suelo del Marco de Jerez. Lo que realmente hace que la Manzanilla destaque es su proceso de envejecimiento bajo una fina capa de levaduras conocida como «velo de flor». Este proceso, llamado «crianza biológica», se lleva a cabo en las tradicionales bodegas de Sanlúcar de Barrameda.

Aunque el vino base proviene del Marco de Jerez, el clima marítimo y las brisas frescas del Atlántico que bañan Sanlúcar de Barrameda son elementos esenciales que influyen en el carácter distintivo de la Manzanilla. Estas condiciones climáticas únicas infunden al vino sabores y aromas que lo hacen inconfundible, a diferencia de los vinos producidos bajo el mismo método en otras regiones, como Jerez o El Puerto de Santa María.

La crianza de la Manzanilla es una labor cuidadosa que ocurre exclusivamente en las bodegas de Sanlúcar de Barrameda. Aquí, se emplea el sistema de «criaderas y soleras», una técnica tradicional que implica la mezcla de vinos de diferentes edades para lograr un equilibrio de sabores y aromas únicos.

Un poco de su historia

La historia de la Manzanilla es un fascinante viaje a través del tiempo que nos lleva al siglo XVIII. Aunque no se tiene una fecha exacta de inicio de su producción, la elaboración de este vino se asocia históricamente con la reestructuración del negocio vitivinícola durante ese siglo y con la consolidación de la industria vinícola moderna en la región.

El primer documento conocido en el que aparece el nombre «Manzanilla» en referencia al vino data del siglo XVIII y se encuentra en un Acta Capitular del Cabildo de Cádiz. Sin embargo, los primeros estudios y registros formales sobre la Manzanilla se deben al botánico y agrónomo Esteban Boutelou, quien en su libro «Memorias sobre el Cultivo de la Vid en Sanlúcar de Barrameda y Xerez de la Frontera» (1806) arrojó luz sobre este vino singular y su relación con la región.

Denominación de Origen Manzanilla: Un Reconocimiento Oficial

La Manzanilla fue inicialmente incorporada a la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry en 1933, siendo considerada uno de los tipos de vino dentro de esta denominación. No obstante, no fue hasta 1964 que se publicó el Reglamento de la Denominación de Origen Manzanilla, el cual reconoció de manera oficial la identidad de la Manzanilla y su profundo vínculo con Sanlúcar de Barrameda.

Un momento clave en la historia de la Manzanilla tuvo lugar el 26 de junio de 1996, cuando la Comisión de la Unión Europea reconoció la singularidad de la Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. Este reconocimiento marcó un hito importante al eliminar la necesidad de añadir la expresión «de Sanlúcar de Barrameda» al nombre del vino, estableciendo que solo existe una Manzanilla: la de Sanlúcar. Este logro destacó la autenticidad y la calidad del vino, consolidándolo como uno de los tesoros vinícolas más apreciados de España y del mundo.

Hoy en día, la Denominación de Origen Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda es un símbolo de tradición y excelencia vinícola que ha perdurado a lo largo de los siglos, manteniendo viva la rica herencia vinícola de esta hermosa región costera andaluza.